miércoles, 17 de marzo de 2010

Cine contemporáneo: Cine Invisible.

Texto solicitado y aparecido en el númemro 3 de la revista "Lili/teraria", que publica en Villahermosa, Tabasco el poeta ecuatoriano Fernando Nieto Cadena. Mayo 2009.

Poco antes que Jurgen Muller(1) nos sorprenda con su nuevo volumen dedicado al cine de la primera década de la nueva era, existe un lapso para aventurar alguna hipótesis o recuento de los hechos. De dónde veníamos y por donde nos dirigimos. Parece asunto inmensurable y ciertamente lo es, por lo que para un espacio de máximo ocho mil signos habremos de particularizar sobre un tópico: la disponibilidad en pantalla como evidencia de existencia del filme.

A pesar que en los primeros años se reafirma la tendencia por estrenar mas y mas dvd’s mientras los administradores satelitales también incrementan su oferta de cine por TV, continúa en ascenso el índice de películas que no ven su estreno en pantalla grande o en corrida comercial y con algo de suerte, solo cuente alguna o varias corridas de festival. Nada más. Es algo que sucede en todo el mundo, a nivel global, pero también sucede en el cine de cada país. En Alemania, en México o Dinamarca y el fenómeno tampoco reconoce rangos ni ascendencias; en el se puede encontrar desde el cine de Alfonso Cuarón o algún otro cineasta proveniente del África subsahariana, hasta ciertos trabajos de Martin Scorcesse o Aki Kaurismaki. Increíble. Esto es lo que los cahieristas hispanos dieron en llamar, en su edición número 14 correspondiente al verano pasado, como Cine Invisible, asumiendo un compromiso en lo inmediato, y con el devenir de los números siguientes, su carácter político en lo editorial.

Se podría pensar que es un desplante pero no lo parece. Y resulta sumamente curioso y revelador, cómo en España o en Europa se perciben evidencias de este fenómeno que aquí se ensaña con la siempre incipiente industria fílmica mexicana manteniendo hoy en espera de fecha al menos a una treintena de filmes. Los integrantes de la comunidad europea quisieran ver mas cine de sus vecinos, incluyendo africanos y americanos, y en México también quisiéramos ver más cine del mundo, pero a lo mas que cabría es a esperar su edición en dvd, lo cual nunca garantiza nada porque también existen películas que no pasan a región uno o cuatro y en el mejor de los casos solo estarán disponibles en región dos y probablemente con subtitulos en un idioma un tanto ajeno y un trámite aduanal algo engorroso.

Si consideramos los países que se han involucrado de alguna manera con el fenómeno, es fácil concluir que Francia es donde se padece en menor grado; tienen bastante y de todo, podría decirse. Pero si en las naciones en vías, como México, la dimensión del mismo adquiere proporciones ridículas, a nivel provincial es totalmente absoluto: en Tabasco el cine invisible es una realidad aplastante, ya que más del ochenta porciento de la producción del mundo no desfila ante sus pantallas, y el veinte por ciento restante corresponde sólo a la de California, USA en un 19.1%, un 0.6% para Francia y otros países, y un 0.3% a la producción nacional. 43 pantallas programando solo esto para una población de 800,000 habitantes.

Pero si a la falta de opciones le antecede la falta de demanda, uno se pregunta donde queda entonces el trabajo de México dentro del esquema del párrafo cuatro. A nivel nacional solamente hemos contado con la Cineteca y la Filmoteca, y es hasta recientemente que han comenzado a surgir algunas Cinetecas locales, como la de Monterrey, Aguas Calientes o San Luis Potosí. Pero la nacional es también en si misma prácticamente invisible. Se limita al mercado local de la capital y a provincia manda únicamente una muestra internacional y un foro de manera anualizada. Mantiene cerrados sus archivos fílmicos y su producción editorial es prácticamente nula. Como distribuidor en dvd de cine del mundo resulta por demás inexistente y no se aprecia ninguna vocación de sus titulares por sacar de la invisibilidad ni a sus propias selecciones para la internacional de cine o su foro, pues cada vez va siendo más una costumbre que utilicen cintas de distribuidoras comerciales o alternativas.
No es gratuito entonces pensar al respecto de las características o el mood del cine de la primera década. Sobre todo en Tabasco porque en todo caso se estará hablando de algo cuyas referencias, al menos en su mayoría, ni siquiera se pudieron ver y por lo tanto, caer así en la tentación de confundir lo invisible con lo inexistente. Nada que ver. Con esto ultimo estaríamos condenando a todas las generaciones, a partir de ahora, a pensar que siempre se puede empezar de cero porque no hay nada escrito, ningún antecedente y por lo tanto le asiste la gracia de lo virginal. Qué cómodo pero que trágico. ¿Quién imagina a un estudiante de cine yendo a México o Guadalajara pensando que es el primero en hacer las cosas? ¿Quién imagina una generación de ciegos en Tabasco, la tierra de los colores vivos de Pellicer?

En uno de los apartados correspondientes al estudio del cine de los 90’s del autor referido, enunciaba, a nivel general, la pérdida de la exclusividad en la transmisión de contenidos tipo mensaje del cine de autor como característica de la época, pero a diez años del señalamiento no se nota, al menos de manera lejana, que aquí en Tabasco, donde un 90% de los estrenos corresponden al cine made in California, este cine haya logrado con eso un sello distintivo ni que a partir de eso haya derivado en propuestas medianamente interesantes.

Es cierto que en algo han ayudado las recientes ediciones en dvd región cuatro -ante el arribo inminente del blue ray- de algunas decenas de películas que permanecían inéditas en este soporte, pero lamentablemente casi siempre se trata de material que ya existía en la región uno y que en el mejor de los casos, como los de la colección Criterion, la limitante estaba únicamente en el idioma aunque es evidente que un mayor entusiasmo existe por las ediciones ibéricas, dado que es un territorio donde otras cinematografías están mucho más presentes y accesibles y, principalmente, por que cada vez va siendo mas generalizado ponerles subtitulos en castellano además del siempre horrendo doblaje.

Pero volvemos a lo mismo…….

El video contribuye a restar invisibilidad a cierto tipo de cine invisible. Pero solo eso. El cine contemporáneo, el cine del mundo, cada vez es más invisible.
Agrege usted eso, señor Muller y agregue además que es hora que alguien se encargue de su taxonomía o al menos, su clasificación. Por ejemplo ¿es más invisible Derek Jarman que Georges Franjou? ¿Posee Clint Eastwood la misma invisibilidad que Claude Chabrol o Shunji Iwai? Es mas invisible en México Tod Brownin que en Pakistan?

(1)Crítico titular de Sight & Sound y autor de una considerable cantidad de estudios, entre los que destaca su colección Cine de los… editada por Taschen y abarcando un tomo por década desde los años 20’s hasta los 90’s.